sábado, 14 de mayo de 2016

LA SOBREVALORACIÓN DE LA INFANCIA: UN PROBLEMA EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA. Por José Luis Rey Avila Nungaray

Resumen
La familia y la escuela han tenido distintos tipos de tratos hacia la infancia, esto también se ha reflejado en la dinámica del salón de clases, actualmente el niño se ha convertido dentro del salón en alguien intocable, con más poder que el mismo docente. Las causas de la sobrevaloración son distintas, una es por el trato que reciben por parte de los padres de familia, los maestros y organizaciones como las que forman parte de la UNESCO, entre otras. Dentro del salón de clases el fenómeno se convierte en una problemática que interfiere para poder desarrollar la labor docente. Hay acciones que permiten cambiar esto y poder abrir paso a que el niño se desarrolle de forma íntegra.

Palabras clave: Sobrevaloración, niño,  aprendizaje, educación, padres de familia y docentes.

Con el paso del tiempo la familia y la escuela han tenido distintos tipos de tratos hacia la infancia, desde verlo como un adulto pequeño que tiene que ser preparado para trabajar repitiendo los patrones que el padre le inculca, hasta verlo como una persona con derechos y valores.

Esto también se ha reflejado en la dinámica del salón de clases, donde anteriormente los padres de familia le brindaban toda autoridad a los docentes hacia su hijo para que hicieran lo que creían conveniente, incluyendo represalias por las faltas de indisciplina, no cumplir con trabajos, tareas, no tener un buen aprovechamiento, entre otras. Actualmente el niño ha tenido más autoridad que los propios padres de familia y docentes, es tanta su sobrevaloración que se toma más en cuenta la opinión de estos al momento de decidir, se ha convertido dentro del salón de clases en alguien intocable, con más poder que el mismo docente, es el centro de atención, que más allá de tener consecuencias positivas en el aprendizaje y su desarrollo, han sido negativas, que no solamente se ven reflejadas en la escuela o la familia, sino, también dentro de la sociedad.

Se entiende como sobrevaloración el dar demasiado valor a determinada cosa, objeto o persona, en este caso a los niños. Las causas de la sobrevaloración son distintas, una es por el trato que reciben por parte de los padres de familia, los maestros y organizaciones como las que forman parte de la UNESCO. Cuando ocurre esto y no se tiene conocimiento de lo que se estipula, se empiezan aplicar acciones que suelen estar enfocadas en una interpretación errónea.

Otra causa son las teorías que surgen en defensa del desarrollo integral de los niños, pero solo es en teoría ya que los contextos donde se encuentran inmersos no son los mismos. Los nuevos roles de las mujeres aportan a esto, pues al tener equidad de género han crecido sus oportunidades de crecer en todos los aspectos, no es malo, pero cuando se pasa a dedicar más tiempo al trabajo que a los hijos es cuando vienen las repercusiones, pues se trata de recompensar ese tiempo cumpliendo lo que el infante pide como justificación, provocando que se vuelva en ocasiones caprichoso.

Por último una de las causas más comunes de encontrar son aquellas provocadas por los padres de familia en su afán de complacer en todo a sus hijos porque en su infancia sus papás no lo hicieron, teniendo también la creencia de ser los mejores por no castigar y dar una nalgada a sus hijos por algo que hicieron mal.

Este fenómeno afecta también directamente a la familia, ya que han cambiado los roles que anteriormente se tenían predestinados.
Los adultos se encuentran más influidos por los niños: se ponen en su lugar al tomar decisiones y al hacer una serie de consideraciones supuestamente psicológicas y educativas para decidir sobre ellos y no hacerles daño, o para no «traumatizarlos», con lo cual han moderado su poder sobre ellos perdiendo rangos de autoridad y de espontaneidad al tratarlos. En el extremo de esta actitud todo se quiere facilitar a los niños y a los jóvenes para que no sufran, desconociéndose el valor pedagógico y formativo del esfuerzo y del sacrificio que demanda y caracteriza la condición humana. (Jurado, s/a: pág. 2.)
Por esta razón los niños han comenzado a tener una actitud que podría decirse que es negativa, pues valoran menos las cosas y todo se les hace más fácil, es una idea que poco a poco van sembrando los papás por las acciones que tienen hacia el infante. Se convierte en problema porque después a los padres no les parece que compren valiosos objetos a sus hijos para que no los valoren. Resulta ilógico el querer consentir a los niños en todo lo que pidan y que posteriormente se molesten. Si no se toma conciencia se va sobrepasando a la larga en autoridad a los miembros de la familia, provocando discusiones que no llegan a ningún lado, ya que la solución se encuentra en actuar de los padres, no en otro lado.

La educación también se ve afectada pues los involucrados son los educados. “El sistema educativo de un país tiene dos objetivos fundamentales y complementarios: primero, establecer en sus estudiantes aquellas habilidades, conocimientos y actitudes fundamentales para el desarrollo; segundo reducir las diferencias en oportunidades y lograr una mayor movilidad social intergeneracional” (Escudero, et. al, 2007: pág. 13). Pero qué hacer cuando el sistema más allá de implementar acciones que puedan combatir este fenómeno ponen en marcha otras que vuelven aún más difícil esta lucha, es otro obstáculo que enfrentar por parte de los profesores con ayuda de los recursos con los que cuentan.

Ya dentro del salón de clases el fenómeno se convierte en una problemática que interfiere para poder desarrollar la labor docente, por ejemplo dar una indicación y que digan que no quieren hacer nada porque no les interesa, trabajar actividades donde muestren rechazo todo el tiempo, llamar la atención e ignoren lo que se menciona, entre otras. Las actitudes demostradas dan a conocer las consecuencias del fenómeno, una de las más observables es esa forma de actuar de cuando se está mimado o se hace lo que se quiere en su casa, puede ser un gran obstáculo cuando con su actitud jala a otros alumnos a no querer participar en las actividades que propone el docente, rompiendo el clima de trabajo dentro del ambiente de aprendizaje del grupo, es, por así decirlo, una manzana podrida que va pudriendo a las demás porque es algo que no solo afecta el aprendizaje del alumno, sino, que de todo el grupo.

El hecho de que no se ha implementado algo concreto para combatir el fenómeno mencionado no quiere decir que no existan distintas acciones para poder combatirlo. Para concluir shapiro (1997) hace mención de algunas estrategias que se pueden implementar en la casa y en la escuela para disminuir está problemática, haciendo énfasis en la importancia de practicar los valores como:
  • Comprometerse con el servicio comunitario realizando actividades de trabajar en un comedor comunitario, un asilo, entre otros. 
  • Crear confianza con distintos juegos como guiar al ciego, el secreto o uno adaptado por los demás.
  • Utilizar la vergüenza de forma positiva en situaciones que sea un impacto en la persona.
  • Practicar distintos actos de bondad.

La educación comienza desde casa e implica que las acciones estén bien mediadas para que queden en un punto neutro, además de que es indispensable hacer una reflexión para tener conciencia de lo que se hace como padres de familia y docentes en la formación del niño, estar bien informado ayuda a esto pues así se tiene orientación para poder actuar. El niño es la materia prima, depende de los papás y profesores que se desarrolle de una buena forma para que en un futuro sea una persona íntegra, que tenga una participación positiva dentro de los contextos que se encuentre, en lugar de ser alguien rebelde que sobre pasa la autoridad haciendo lo que quiere.



Bibliografía
Jurado, E. B., Riaño, A. B., Contreras, C., Hernández, E. y García, M. (2007). Factores escolares y aprendizaje en México. El caso de la educación básica. INNE. México D. F. Diciembre de 2007.
Jurado, J. C. (2002). Problemáticas socioeducativas de la infancia y la juventud contemporánea. Estudios Pedagógicos, núm. 28, 2002, pp. 205-216 Universidad Austral de Chile Valdivia, Chile.
Shapiro, L. (2007). La inteligencia emocional de los niños. Vergara Editor, S. A. México. 1997.

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